¿Subcontratar o derivar un proyecto?

Como autónomos o freelances no podemos llegar a todo, y especialmente en el mundo del desarrollo web, existen tantas tecnologías, tipos de web y aplicaciones y necesidades, que es imposible intentar asumir cualquier tipo de proyecto, y sobretodo es imposible hacerlo bien.


por

Se habla mucho de las ventajas de especializarse, para ser experto en algo, crearse un nombre en un nicho concreto, ser un referente en eso y poder trabajar con mejores precios dominando un tipo de web, tecnología o sector.

Pero especializarse también implica dejar de atender o de poder asumir muchos de los proyectos que nos llegan, lo que a veces no es fácil, si estamos en un momento de parón o incertidumbre, o si es un cliente con el que tenemos ya algún tipo de relación o compromiso.

Cuando esto pasa, tenemos básicamente tres opciones:

  • Decir directamente que no, sin más alternativas.
  • Subcontratar o delegar.
  • Derivar a un tercero el contacto o proyecto.

Aunque decir que no es lo más rápido y definitivo (no por ello lo más fácil), a la larga las otras dos opciones pueden ser mejores para no ir cerrando puertas y/o a la vez ayudar, tanto al cliente que no sabe a quien recurrir, cómo a otros profesionales que puedan tener acceso a más trabajo.

¿Cuándo delegar o subcontratar y cuando derivar un proyecto?

Cuando nos llega una propuesta para un proyecto que no podemos asumir y a la que no queremos decir que no directamente, tenemos como comentabamos antes, dos opciones: delegar / subcontratar o derivarla a un colaborador.

¿Qué implica cada opción?

Subcontratar / delegar

En este caso, tu gestionas el proyecto y respondes frente al cliente. Eso es lo más importante, y lo que has de valorar por encima de todo, la responsabilidad.

Puedes subcontratar todo el proyecto, e incluso poner en contacto al cliente con el profesional que va a realizarlo, pero teniendo en cuenta que la responsabilidad última es tuya, que no puedes desentenderte del tema, y que vas a tener que estar por lo menos informado de como evoluciona, y de los detalles, porque vas a ser tú quien lo facture.

Puedes delegar parte de ese proyecto, una integración o plugin más específico, o la parte más sencilla de maquetación y tu preparar «los acabados», puedes crear tu la propuesta y wireframes y contratar la implementación… las opciones son muy variadas dependiendo del tipo de proyecto y lo que más te guste a tí hacer.

Subcontratar o delegar te permite:

  • Facturar, ya sea en gran parte si sólo delegas funcionalidades concretas, o un margen si subcontratas casi todo el proyecto, pero en cualquier caso tendrás un beneficio económico de ese proyecto.
  • Aumentar la cartera de clientes: de cara al cliente ese proyecto lo habrás llevado tu, y serás quien siga en contacto con el y a quien contacte para otro proyecto, mantenimiento, etc…
  • Ofrecer más servicios: si tu no realizas algún tipo de servicio y lo subcontratas, podrás ofrecerlo al cliente en forma de «pack», con la comodidad que supone para él no tener que tratar con diferentes proveedores.

Por contra, como decíamos al principio, tu eres el responsable, por lo que, aunque ganes tiempo y puedas asumir más proyectos porque no vas a realizarlos tu directamente, la gestión y los posibles problemas recaerán igualmente en ti.

Además, corres el riesgo de, si te acostumbras a trabajar de esta forma, convertirte en un gestor de proyectos en lugar de desarrollador, y quizás a ti lo que te gusta de verdad es tocar código y no lidiar con clientes.

Tampoco es fácil encontrar profesionales para subcontratar de cualquier ámbito con tarifas que te permitan un margen decente y que te respondan tal y como necesitas en precios, calidad, plazos, etc…

Derivar un proyecto

Esta es la opción que más suelo utilizar yo, y se trata simplemente de derivar al cliente a otro profesional que está especializado o tiene más conocimientos sobre el tema que me están solicitando.

¿Desventajas? Obviamente que no cobras nada por ello (podrías solicitar una pequeña comisión, pero yo no lo hago) y que «pierdes» al cliente

Pero por contra:

  • Puedes centrarte sólo en los proyectos que te interesan.
  • No implicas tu tiempo en gestiones, ni arriesgas tu reputación en temas que no dominas.
  • Colaboras con otros profesionales, que quizás hagan lo mismo a la inversa.
  • Le das al cliente la mejor opción para su necesidad, con alguien especializado en ello.
  • Puedes ir creando una red de colaboradores habituales, de confianza, que sabes que puedes recomendar con toda tranquilidad.

La decisión a veces se ve muy clara, pero muchas otras veces no tanto, intervienen muchos factores como:

  • El tiempo disponible, hay momentos en que no podemos asumir ni la gestión.
  • Las características del proyecto en si.
  • El tipo de cliente y relación que tienes con él.
  • Los requisitos y necesidades del desarrollo
  • Intereses estratégicos, igual en este momento no podemos asumir el proyecto, pero nos interesa mucho trabajar con ese cliente.
  • Lo mucho o poco que nos apetezca implicarnos en el proyecto 😉

En cualquier caso, a medida que pase el tiempo y vayamos conociendo y colaborando con otros profesionales, de perfil similar o complementario al nuestro, nos será más fácil tomar la decisión sabiendo de entrada las opciones que tenemos y cómo trabaja cada uno.

¿Eres implementador o desarrollador WordPress?

En la Zona DPW encontrarás más recursos, tutoriales, plantillas, y una biblioteca de snippets para poder utilizar en tu día a día y ganar tiempo en tu trabajo:

ACCEDER AHORA