Cuando el proyecto siempre es de otro.

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Existe un síndrome, complejo o llámalo cómo quieras que no se si existe realmente ni si tiene nombre oficial, que he detectado en personas como yo que ofrecen servicios profesionales a otros emprendedores y empresas.

Y es esa sensación de que el proyecto siempre es de otro.

La web de otro, el logo, tarjeta o imagen corporativa, la campaña de publicidad, la contabilidad, tienda, o en general, el negocio… siempre es de otro.
Claro que tu también tienes tu marca, tus productos y servicios, pero frecuentemente quedan relegados a un segundo plano, a cuando te sobra tiempo o te faltan proyectos.

Es algo cíclico, pero lo tengo comprobado. Cada cierto tiempo se me enciende la bombilla y me aparece la gran idea, un nuevo proyecto, un negocio totalmente al margen de mi trabajo diario.

Y no soy sólo yo, siempre que hablo con otros profesionales y colaboradores, comparten sus ganas por «montar algo», cansados de lidiar con clientes y trabajar para otros.

Y cómo soy experta en ello, como llevo varios proyectos abandonados a mis espaldas y un par de nuevos en el horno, creo que si estás en esa misma situación podrán ayudarte unos cuantos consejos… o por lo menos me servirán a mi para reflexionar un poco antes de lanzarme de nuevo.

 

Antes de decidirte a montar un proyecto paralelo

1- Tu empresa es tu principal cliente, el más importante, dedícale tiempo. Reserva un par de tardes  o un día completo a la semana a tu negocio: nuevas ideas para productos o servicios, campañas de marketing, organización interna, programación de contenidos, repesca de antiguos clientes, mejora de procesos…  si te obligas a cambiar y mejorar constantemente será más complicado que llegue el hastío y podrás ir renovando tu ilusión y ganas con pequeños proyectos dentro de tu propio negocio, sin necesidad de lanzarte con algo que nada tiene que ver.

 

2- Di que no: lo hemos comentado otras veces. No es fácil, por compromisos, por miedo a que falte trabajo… por mil cosas nos liamos con proyectos que desde el principio sabemos que no son los adecuados, que no serán rentables o que nos complicarán el día a día. Si tu intuición te dice que ese proyecto acabará siendo un problema, renuncia a tiempo.

 

3- Despide a los clientes que no te convienen: se que suena un poco mal, pero igual que hay gente en nuestro entorno social que nos consume, nos roba energía y sólo transmite negativismo y debemos alejarnos de ellos, en el trabajo ocurre lo mismo. Hay clientes que nos desgastan, mucho. Quizás son buenas personas y representan un porcentaje alto de nuestra facturación, pero ya sea por su forma de ser, que «choca» con la tuya, porque no hay «feeling», por que son maleducados o egocéntricos, nunca están contentos o no respetan tu forma de trabajar.

A veces ni siquiera somos capaces de explicar racionalmente porque no trabajamos a gusto con esa persona, pero simplemente el hecho de recibir un email o llamada suya ya nos agobia antes de saber de que se trata.

Yo he ido, progresivamente, dejando de trabajar con ese tipo de clientes, y , créeme, junto con desconectar los avisos push de gmail en el móvil, es lo que mejor he hecho.

 

4- Busca colaboraciones, partners

Ser freelance o autónomo no significa trabajar solo.

Si me sigues o lees desde hace un tiempo sabrás que soy defensora y fan de los pequeños profesionales y empresarios. Pero lo cierto es que trabajar por tu cuenta a la larga quema.

Lo bueno es que no es necesario, puedes colaborar en proyectos comunes con otros profesionales que complementan tus servicios, puedes reunirte periódicamente con otros freelance de la zona para cambiar impresiones, ayudaros, compartir ideas o simplemente desahogaros.

 

Si ya estás decidido a montar un proyecto paralelo

Tienes una idea que crees que va a funcionar, que te gusta, te motiva y te ilusiona… adelante entonces, pero ten en cuenta estos pequeños consejos

 

1- Busca un socio o colaborador: Si ya tienes tu trabajo y ya vas a tope, se consciente que que no vas a disponer de demasiado tiempo para dedicarle. Si buscas alguien con quien lanzar el nuevo proyecto, por una parte tendrás ayuda y por otra un compromiso. Si hay alguien más implicado te será más difícil rendirte y dejarlo correr al cabo de unos meses. Sumaréis ideas, tiempo y energía.

 

2- Márcate objetivos concretos e implícate: sacar un negocio adelante no es fácil, pero si se trata de un proyecto secundario, todavía existen muchos más riesgos para que la cosa fracase. Y es que como comentábamos en el post del otro día Si tú no apuestas por ti y tu negocio, si tu sueldo no depende de ello, seguramente no le dedicarás el tiempo y recursos necesarios para lanzarlo.

 

3- Madura la ideaSi se trata de un negocio online y eres un poco apañado, en pocos días puedes tener un logo y una web en marcha, pero ojo, por experiencia… espera. Planifica bien el proyecto, analiza el mercado, la competencia, estudia cuáles son tus recursos y ventajas competitivas.

Si no sabes bien por donde empezar, busca información sobre el Modelo Canvas, te ayudará a saber que variables y elementos debes tener claro antes de lanzar tu proyecto.

Deja reposar la idea unos días, por muchas ganas e impaciencia por empezar que tengas, si no dedicas el tiempo necesario a analizar la idea y planificarlo, es muy probable que al final sólo sean horas y tiempo perdido (o incluso dinero, si has realizado alguna inversión para ponerlo en marcha).

 

4- Compártelo y pide opiniones: es esencial para conocer otros puntos de vista, descubrir posibles fallos en los que no hayas caído o al contrario, ideas derivadas de la tuya todavía mejores que la inicial. No tengas miedo a que te copien. No triunfa quien tiene una idea, sino quien la hace realidad. Coméntaselo a familiares, amigos y colaboradores de confianza y revisa tu plan inicial con todo su feedback. Pero ojo! guárdate de compartirlos con aquellos que sabes que de entrada te van a tirar por tierra tu ilusión por…. bueno, porque son así, porque solo ven lo negativo, porque como decimos en casa, son «waterparties» por naturaleza.

 

5- No olvides que es un proyecto paralelo, al menos de momento, organízate bien para no descuidar tu trabajo actual, tus clientes. Puedes reducir la carga de trabajo, dar plazos más amplios o implementar lista de espera para tener más tiempo disponible, pero no dejes que la calidad de tu trabajo actual se vea afectada por esta nueva cruzada.

 

Y por último…. !adelante¡ No dejes que nadie (ni siquiera yo ;)) te chafe la ilusión.

Aunque no sea la primera vez, aunque seas de los míos que cada 2×3 estás pensando en algo nuevo, que tiene más proyectos en la nevera, en el horno o en el limbo que cochecitos y barbies esparcidos por la casa, aunque los que tienes cerca ya te vean venir y sonrían cuando les digas que has tenido una nueva idea para un proyecto (pero que aún así te apoyan al 100%, porque son de los buenos)… no te desanimes ni dejes de intentarlo, porque, te lo digo yo, quizás tampoco será este tu gran proyecto… pero lo vamos a disfrutar de lo lindo por el camino 😉

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