Autónomo, freelance, emprendedor, profesional independiente, empresario… lo siento pero hoy os voy a meter a todos en el mismo saco.
Y es que cuando hablo de autónomo me refiero a todos aquellos que trabajan por su cuenta y pueden elegir a que horas trabajar, donde, para quien y a que precio, no a si están dados de alta en el régimen de la seguridad social (pagando una cuota abusiva, pero ese es otro tema)
Si, se que te reirás y dirás que eso de la libertad es un tópico.
Se que al principio ser autónomo significa a trabajar a todas horas por muy poco, tener muchos jefes en lugar de uno y no tener ni vacaciones, ni baja ni paro. Llevo 10 años de autónoma, créeme, lo se.
Pero créeme también si te digo que no siempre va a ser así.
Yo soy freelance ( queda mas «in» que autónoma) y lo soy por vocación.
Otros querían ser médicos, abogados o ingenieros. Yo jugaba a tener un despacho con tarjetas de visita y papel de carta con mi logo.
Yo quería ser empresaria. Lo tenia clarísimo. El problema es que nunca me paré a pensar de qué seria la empresa y así acabe licenciándome en Administración de Empresas, pero ese es otro tema.
Hace unos años escribí el post “Siéntete orgulloso de tu pequeño gran negocio”, era al principio de tener el blog, cuando mi madre aún lo leía y me llamó preocupada. Le había parecido triste, aunque nunca fue esa la intención.
Hoy vengo con el propósito contrario, hoy vengo a animarte.
Si eres de los que han tenido un sueño, un proyecto, una inspiración y se han lanzado a ello. O simplemente de los que se niegan a trabajar para otros. Con horarios y reglas. O de los que se han quedado sin trabajo, y cansados de buscar han decidido ponerse por su cuenta. O de los que están empezando, y tienen la formación, pero les falta la experiencia que en todos los puestos le requieren
Agarrate que vienen curvas 😉
Para la mayoría de nosotros no hay atajos, hay trabajo, incertidumbre, momentos de éxtasis y momentos de decepción, rabia y cansancio. Ganas de renunciar y apostar por a la estabilidad
Yo sigo trabajando muchas horas, en horarios muy raros (los que me permite la conciliación familiar) y a veces para gente que no lo merece (por suerte cada vez menos). Pero no son esas las ventajas que le veo yo a ser autónoma
El poder decidir
Eso es lo que a mí me conquista.
Decidir con quien trabajo y con quien no (no para quien, sino con quien, es solo una preposición, pero marca la diferencia)
Decidir qué servicio ofrezco y a que precio.
Decidir cuándo decir que no. Sin razones objetivas, por un mal presentimiento, un feeling que me avisa que ahí mejor no me meta…
Decidir
Pero ojo, que este poder de decisión no te lo dan automáticamente con el alta de autónomo. Te lo has de ganar, y no solo de cara a los otros, sino, sobretodo, internamente, has de sentir que lo mereces.
Y eso te lo dan los años y la experiencia.
Me encanta trabajar con gente que se lo curra, soñadora, perseverante, dispersa,
Me encanta la gente a la que cuando le preguntas por su trabajo se le iluminan los ojos y te explica sus proyectos y a donde quiere llegar.
Gente que te inspira, te mueve por dentro y te motiva.
Si… si te haces autónomo prepárate que vienen curvas, pero ojo que como te guste no hay vuelta atrás.

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